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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 30 de octubre de 2020cermi.es semanal Nº 411

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Soledad, exclusión forzosa

Soledad no deseada y discapacidad. La discriminación percibida por el alumnado universitario con discapacidad

El solitario camino a la universidad

23/10/2020

Blanca Abella

El acceso a la Universidad no está garantizado, en absoluto, para los estudiantes con discapacidad. A menudo ellos mismos deciden no aspirar a esta maravillosa experiencia porque están cansados de la lucha que les supone reclamar su derecho. Los que llegan, tras mucha lucha e incomprensión, sienten soledad, ¿o es discriminación? Los estudiantes con discapacidad se convierten en héroes a la fuerza, y a su pesar, cuando solo desean ser estudiantes y compartir la experiencia con los demás.

Óscar Moral, asesor jurídico de CERMI y presidente de CERMI Comunidad de Madrid, Óscar Moral, asesor jurídico de CERMI y presidente de CERMI Comunidad de Madrid, interviene en primer lugar en este encuentro sobre ‘Soledad no deseada y discapacidad. La discriminación percibida por el alumnado universitario con discapacidad’, el tercero de los seis webinarios organizados por el Real Patronato sobre Discapacidad y el CERMI para abordar el binomio soledad no deseada y discapacidad. Asegura que “todavía estamos muy lejos de haber conseguido unos resultados mínimamente razonables en relación con este tema y la dificultad es llegar, mantenerse y finalizar”. En la Comunidad de Madrid en los últimos años han reforzado su tarea de incidencia en este tema suscribiendo convenios marcos de actuación con algunas universidades, con el objetivo de mejorar la inclusión educativa y avanzando en los programas globales de atención y apoyo al alumnado con discapacidad. 
 
El presidente de CERMI Madrid define como “sangrantes” algunos casos de estudiantes que carecen de apoyos en las universidades y denuncia la falta de medios de toda índole para la movilidad y desplazamientos, para la comunicación… “situaciones que no son de soledad, sino de discriminación, que es más grave”. 
 
Realiza a su vez un ejercicio de autocrítica asegurando que “nos toca hacer más incidencia, una mayor implicación e interrelación con las universidades de nuestra zona”. Además, denuncia la difícil situación que soportan estos estudiantes en tiempos de pandemia y con las clases semipresenciales, ya que ni siquiera las nuevas tecnologías favorecen siempre el aprendizaje: “Debemos trabajar para que esas nuevas herramientas no dejen atrás a colectivos completos, ya que pueden ser una gran oportunidad, pero también un riesgo evidente”. 
 

Presencia y convivencia

 
Isabel Martínez Lozano, directora de Programas de Universidades y Promoción del Talento Joven de Fundación ONCEIsabel Martínez Lozano, directora de Programas de Universidades y Promoción del Talento Joven de Fundación ONCE, introduce el tema hablando de la soledad como “un tema social muy grave, porque afecta a mucha gente, y lo va a ser más en el siglo XXI”. Asegura que algunos estudios afirman que la soledad acorta la vida y que las personas con alto grado de soledad tienen el doble de probabilidades de desarrollar Alzheimer u otra enfermedad mental.
 
Pero si se refiere a estudiantes con discapacidad, detalla algunos datos que ofrece el estudio que Universia hace cada año, donde se denuncia reiteradamente que “los estudiantes con discapacidad valoran muy bien la universidad, pero todavía manifiestan déficits en algo fundamental, como es la convivencia, la capacidad de socialización con otros compañeros, la participación social, el ocio, la cultura...”. Explica Martínez Lozano que “a la universidad no solo vamos a obtener un título universitario, vamos a socializar, es una de las experiencias más fructíferas y que más te hacen crecer como ciudadano, sin embargo muchos estudiantes con discapacidad no pueden vivirlo con plenitud”. 
 
Pero, la soledad no es la causa, es la consecuencia de una realidad social, afirma esta experta. Y explica que desde Fundación ONCE trabajan con programas que “contribuyen por un lado al acceso a la universidad y por otro promoviendo la presencialidad, reforzando que los jóvenes con discapacidad puedan ir a la universidad de manera presencial” e insiste, de nuevo, en la importancia que tiene la participación en todas las opciones que bridan las universidades, tanto en el deporte como en programas de movilidad, en asociaciones estudiantiles ... ya que favorecen la inclusión y fortalecen la autonomía y la capacidad de socialización de los jóvenes con discapacidad. Finalmente, aunque siguen existiendo muchos obstáculos, señala la importancia de elementos positivos de cara al futuro, como es la tecnología. “Va a ser el gran instrumento para evitar muchas situaciones de soledad en el futuro”, sentencia.
 
Claudia Tecglen, psicóloga y presidenta de Convives con EspasticidadClaudia Tecglen, psicóloga y presidenta de Convives con Espasticidad, comparte la visión de Martínez Lozano e insiste en la presencialidad: “Todavía hay cuatro veces más universitarios con discapacidad que estudian a distancia, eso demuestra que hay barreras físicas muy importantes, y también emocionales”. Y para ello reclama, entre otras cuestiones, más formación a los profesionales y un gran avance de las universidades en las unidades especializadas en la atención a estos estudiantes. Además, anima a los propios estudiantes con discapacidad a que expresen sus necesidades sin complejos, reivindica el “no sentir vergüenza por solicitar apoyos y reclamar nuestro derecho, que nadie nos lo puede arrebatar”. 
 
Pero introduce una cuestión de peso que no se había comentado hasta ahora y afirma que “me causa una enorme tristeza ver cómo personas preuniversitarias tienen dudas sobre sus propias capacidades y piensan que la universidad no es para ellos”. Entiende que muchos problemas para el acceso a la universidad tienen su origen años antes y afirma que “hay que intentar transformar el sistema educativo para que sea personalizado y se centre en el talento de cada alumnado”. 
 
Finaliza advirtiendo que “somos dueños de nuestro propio destino, no dejemos que nadie nos diga lo que podemos o no podemos hacer”, e invita a la participación: “Para evitar la soledad tenemos que participar en la sociedad, en todos los ámbitos y la universidad es una experiencia maravillosa;”.
 

Estudiante y persona

 
Amparo Minguet, vicepresidenta de la CNSEAmparo Minguet, vicepresidenta de la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas), interviene con un testimonio profesional, pero sobre todo personal, emotivo, y afirma que cuando no hay comunicación, automáticamente hay soledad y la soledad no deseada es una situación dolorosa. “La soledad no deseada sostenida en el tiempo puede generar trastornos, enfermedades mentales, ansiedad, depresión...”, afirma. 
 
Recuerda la emoción de empezar la universidad, de empezar una vida nueva, pero afirma que en general “los estudiantes universitarios con discapacidad nos enfocamos con dudas” y toda esa emoción primera en ese nuevo espacio, una semana después, se convierte en un lugar menos amigable, “lo que esperábamos y la realidad es muy diferente y nos genera emociones negativas”. 
 
Finalmente, reclama que es necesario que se vea a los estudiantes con discapacidad como personas, más allá de su situación, más allá de su discapacidad, son personas, “y la soledad no deseada por la falta de relaciones como personas, es muy dura”, según relata, porque a las personas con discapacidad les cuesta tener amigos y eso aumenta la sensación de soledad no deseada.
 
Mercedes Ramón, de la Fundación CERMI Mujeres y de la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas)Como en los anteriores webinarios, toca ahora dar voz a las mujeres, e interviene en esta ocasión Mercedes Ramón, de la Fundación CERMI Mujeres y de la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas), para hablar de su propia experiencia y la de su hija, ambas con discapacidad auditiva severa.
 
Explica que ella abandonó los estudios “porque no me enteraba de nada”, pero cuando nació su hija y supo que era sorda profunda “no quise que pasara por lo que yo pasé y he luchado para que no se sintiera sola, como me ocurrió a mí, aunque soy una persona muy abierta y eso quizá me ayudó a sentirme mejor”. 
 
Su hija es muy buena estudiante, pero en cada etapa escolar, con cada cambio, había que volver a empezar con las explicaciones y las reclamaciones para que contara con los apoyos necesarios. En la universidad tampoco lo ha tenido fácil y en su relato, Mercedes habla de cómo su hija vive sola en otra ciudad, de que se siente sola en los pasillos de la universidad y que nunca ha tenido amigos.  ¿Es soledad o discriminación?, se pregunta. Pero finaliza con  una sonrisa para todos, porque este año su hija ha encontrado una buena compañera de piso y tiene un grupo de amigos, “aunque todavía sigue luchando  para que le pongan la tecnología que necesita, además le cuesta mucho seguir las clases con las mascarillas”. 
 

El difícil acceso hasta ser Erasmus 

 
Claudia Perucha, estudiante universitaria con discapacidadClaudia Perucha, estudiante universitaria  con discapacidad, ofrece un testimonio sobrecogedor, con fuerza y decisión por su parte, pero repleto de barreras, obstáculos, incomprensión, discriminación... Ya desde muy pequeña tuvo que acostumbrarse a luchar pues al acabar primaria la intentaron convencer para irse a un instituto de integración; tuvo que pelearlo con fuerza, pero tomó una decisión libremente, aunque con muchos trámites burocráticos para lograr los apoyos que necesitaba. En la universidad no fue muy diferente, y asegura que hay mucho por mejorar, “sobre todo en igualdad de oportunidades, interacción social y educativa”. 
 
Denuncia una gran falta de apoyo institucional en la universidad, y relata un periplo insoportable que ha debido superar para lograr ser Erasmus en Praga, donde ahora se encuentra. Se muestra feliz, pero asegura: “Me he sentido sola, frustrada y totalmente desamparada por el sistema durante todo este proceso; estoy en Praga, con dolor y sin asistencia, pero para mí significa emancipación y puedo decir que nunca he dejado de luchar por un mundo más equitativo y diverso”. Maite Fernández, consejera técnica del Real Patronato sobre Discapacidad
 
Finaliza este webinario con testimonios en primera persona de Josefa García y Amor Bermejo, mujeres con discapacidad que han superado múltiples obstáculos para desarrollar su vida como estudiantes y en el acceso al mercado laboral.
 
Maite Fernández, consejera técnica del Real Patronato sobre Discapacidad, ha sido la encargada de moderar este encuentro, y asegura que “es urgente poner el tema en las agendas y trabajar sobre ello, aunque llevamos varios años de trabajo y según estudios de Universia hay una clara necesidad de ahondar en la empatía, en la verdadera inclusión y la implicación de toda la comunidad educativa para que los alumnos con discapacidad no sufran esa soledad no deseada”.
 
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